El Señor vio la necesidad en la gente y tuvo compasión de ellas, razón por la cual escoge doce hombres, para que suplan las necesidades del pueblo, los envía y les da autoridad para expulsar demonios y sanar toda dolencia en el pueblo.

Jesús invirtió la mayor parte de su ministerio en la formación de sus doce discípulos, el tenia un objetivo muy especifico y era el reproducir el carácter suyo, en las vidas de aquellos doce hombres, trabajando por tres años y medio, en la formación de estos doce líderes.

Mateo 10(5-8) “A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones diciendo, diciendo: por camino de gentiles no vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casas de Israel. Y yendo predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia.”

Cuando el Señor envió a los doce, les confió tres áreas: buscar aquellos que se han apartado y restaurarlos, predicar el reino de Dios y moverse en lo sobrenatural.

Cada persona que llega a la iglesia y pasa por el proceso de formación, puede llegar a ser enviado, el enviar se inicia en el re-encuentro e incluye la apertura de la célula. Su objetivo es penetrar en la comunidad con el mensaje de salvación y así ganar almas y ofrecer el cuidado al nuevo creyente y ayudarlo en los primeros pasos de su vida cristiana.

La iglesia es el cuerpo de Cristo, un cuerpo es formado por células, donde la presencia de Dios se manifiesta en cada hogar, trayendo salvación, vida espiritual, transformación y amor para cada uno de sus integrantes.